CONVERSACIONES COMPASIVAS
Siguiendo la metáfora establecida por los facilitadores del taller, el reloj de la vida consagrada marca diferentes horas según los diversos contextos geográficos, culturales y eclesiales, esta realidad nos permite revisar el camino que venimos desarrollando en nuestros diferentes organismos de MICLA. El reloj marco las siete de la mañana y nos congregamos en la capilla para vivir nuestra oración de la mañana, la celebración Eucarística fue presidida por los PP. Paul Keller, cmf, Rosendo Urrabazo, cmf; Francisco Javier Reyes, cmf; Reegan Soosai, cmf de la provincia de EEUU y Canadá, oramos por la realidad de migración.
Al marcar nuestro reloj las 9:00 am se dio inicio a la jornada de reflexión y trabajo, cuyo objetivo se centró en aprender a comunicarnos con empatía con nuestros hermanos para liderar con eficacia. Esta primera parte fue acompañada por el P. Paulson, quién nos habló de las conversaciones como herramientas indispensables en el proceso del liderazgo, evitando los bloqueos para una comunicación eficaz, se nos invitó a: Diferenciar entre observación y evaluación; NO mezclar la observación con la evaluación; Observa atentamente lo que ocurre sin evaluar; Especificar los comportamientos y las condiciones que nos afectan; Comunicar tu observación con claridad; Evitar palabras como “siempre”, “nunca”, “cada vez”, etc.; Mezclar la observación con la evaluación provoca actitud defensiva, vergüenza, ira y resistencia. A partir de allí, se realizó un ejercicio de conversaciones compasivas por grupos, para profundizar en nuestro servicio misionero como líderes que hacen realidad las conversaciones generativas.
Al marcar el reloj las 3:00 pm el P. Gonzalo introdujo el trabajo con el texto bíblico Lucas 24, 13-35, el Camino de Emaús, que es una propuesta pedagógica de conversación espiritual, que nos ayuda a descubrir como las comunidades cristianas hacen realidad el proyecto de Dios, en Cristo Resucitado. La conversación es un lugar de encuentro con Jesús y somos invitados como líderes a caminar al lado de las personas, escuchar el relato de su situación, iluminar las encrucijadas desde la Palabra de Dios, sentarse a comer y redescubrir la pertenencia comunitaria.
La conversación es un lugar de encuentro con Jesús y somos invitados como líderes a caminar al lado de las personas, escuchar el relato de su situación, iluminar las encrucijadas desde la Palabra de Dios, sentarse a comer y redescubrir la pertenencia comunitaria.
Finalmente, es importante que también nosotros nos pongamos en camino, que no nos quedemos encerrados en nuestra “zona de seguridad” porque entonces no sucede nada. La Biblia está llena de experiencias “en el camino” (Abrahán, el pueblo de Israel, María, Jesús y los apóstoles, la iglesia primitiva). Al papa Francisco le gusta decir que el agua que no corre se corrompe. El agua que fluye se mantiene viva.
