(Claretianos de MICLA) La jornada del 05 de julio comenzó con la celebración Eucarística presidida por los PP. Marcos Loro, cmf Nilton Boni, cmf y Michael Ivo, cmf de la provincia de Brasil, se ha orado por la realidad del país y del organismo.
El objetivo del módulo 3 se centró en hacer nuestras las directrices de la congregación sobre el servicio de la autoridad, diagnosticar las enfermedades en materia de liderazgo que malogran el servicio de la autoridad y encontrar los mejores remedios posibles. Para ello, se trabajó en los siguientes bloques: Claret como líder carismático, las constituciones, el Directorio y las enfermedades del liderazgo.
Se destaca en San Antonio María Claret su integridad de vida, su cercanía, su capacidad de trabajo en equipo, su ejemplo, su testimonio, su humildad y la fuerza del Espíritu que le acompañó a lo largo de su ministerio.

Dentro de los documentos de la congregación se destaca los principios de gobierno: Subsidiaridad (CC N°95), subordinación (CC N°96), jurisdicción (CC N°97.a), representación (CC N°97.b) y complementariedad (CC N°98). Lo cual ayuda al superior a ejercer su servicio de liderazgo en el organismo. A partir de los documentos, se realizó un trabajo por grupos, que permitió profundizar en el rol del superior, además se hizo hincapié en los deberes del Superior Provincial, a saber:1) Mantener la Provincia disponible al servicio de la Iglesia, principalmente en su demarcación territorial y según la pastoral de conjunto, pero conservando la unidad de carisma con toda la Congregación; 2) Ser propulsor y guía de la vida misionera en cada una de las Comunidades y corregir con caridad los abusos que tal vez se hubieran introducido; 3) Fomentar con apropiadas estructuras de comunicación y participación, la responsabilidad de las Comunidades en la misión de la Provincia; 4) Conocer bien a los miembros de su Provincia: para ello, visitar frecuentemente cada una de las Casas, además de hacer la visita canónica por lo menos cada dos años; 5) Procurar con empeño que toda la Provincia se responsabilice y se comprometa en la promoción vocacional y que se ponga la máxima diligencia en el perfeccionamiento de los formándose y de los demás religiosos; 6) Cumplir las exigencias de una plena comunión con el Superior General y ejecutar con exactitud cuánto él le encargue; 7) Promover entre sus religiosos el servicio misionero de la palabra, ejercido incluso por escrito, y concederles la necesaria licencia para que puedan publicar, según las normas de derecho, escritos sobre cuestiones de religión o costumbres.

Finalmente, la sesión de la tarde giro entorno a las enfermedades que pueden afectar el liderazgo, para ello, los facilitadores se valieron del documento que el Papa Francisco dirigió a la Curia Roma, resaltando las siguientes dificultades: 1) El mal de sentirse inmortal, indispensable; 2) el mal de “martalismo” de la excesiva laboriosidad; 3)el mal de la petrificación mental y espiritual; 4) el mal de la planificación excesiva y el funcionalismo; 5) el mal de una falta de coordinación; 6) la enfermedad del Alzheimer espiritual; 7)el mal de la rivalidad y vana gloria; 8) el mal de la esquizofrenia existencial; 9)el mal de la murmuración; 109) el mal de divinizar a los jefes; 11) el mal de la indiferencia a los demás; 12) el mal de la cara fúnebre; 13) la enfermedad de acumular; 14) enfermedad de los círculos cerrados; 15) el mal de la ganancia mundana y el exhibicionismo. Estos males y estas tentaciones son naturalmente un peligro para todo cristiano y para toda curia, comunidad, congregación, parroquia, movimiento eclesial, y pueden afectar en el plano individual como en el comunitario.





